31 mayo 2016

Tema de Portada - Por las huellas de Qosqo, la Ciudad Puma Primera Parte - Arq. Alfredo E. Mujica Yépez


En el siglo XV de nuestra era, en la cabecera del  valle del riachuelo Huatanay, en  un lugar donde se cruzaban dos caminos, nace un pequeño asentamiento de pobladores de origen Quechua, probablemente emigrantes  de territorios cercanos al Lago Titicaca, quienes en busca de mejores tierras para cultivo llegan a este valle y levantan sus moradas en  esta zona, desde la cual se podría tener dominio visual  de sus cultivos.


Dicen los estudiosos de la historia, que el valle era ocupado por varios grupos de pobladores nativos del lugar, y que según se entiende de las  leyendas y relatos orales, estos fueron instruidos  en las diversas tecnologías que los quechuas del sur dominaban en los campos de la agricultura, cerámica, textilería,  orfebrería, entre  otras, los nuevos habitantes  rendían culto al  sol (Inti en su idioma nativo), por lo cual construyeron un primer recinto  religioso  que denominaron Inticancha, junto al espacio central a manera de plaza que tenían en en cruce de los caminos.


El lugar elegido no podía ser mejor, en la parte alta del valle, desde donde se podía divisar todo el valle y controlar así las tierras de cultivo, el lugar provisto de agua de riachuelos, un valle abrigado por las montañas cercanas y que además tenía como hito  o apu tutelar al nevado Ausangate  hacia el este del lugar y que desde las montañas se podía ver hacia el oeste otro apu tutelar  igualmente imponente, el nevado Salcantay.

Además que este cruce de caminos  estaba en una zona elevada la cual era bañada por los rayos de sol en los amaneceres y atardeceres para calentar las viviendas del  naciente asentamiento. Los quechuas dominaban tecnologías para poder seguir el rastro del sol, mediante piedras talladas cuya sombra servía para saber la trayectoria solar y orientar así  construcciones y aprovechar mejor la energía de su deidad.


Los  quechuas  asentados en la parte alta de este valle, denominados mas tarde Incas, vivieron por muchos años  en este pequeño asentamiento, pero poco a poco fueron incorporando nuevas tierras y dominando pueblos cercanos, sus gobernantes cada vez empezaron a tener mas poder y respeto en  los alrededores.

El pensamiento religioso inca basado en una jerarquía de deidades mayores y menores que partiendo de las deidades del cielo, hacía que se rinda culto a las montañas, ríos, plantas  y animales.

Según  el modo de entender el universo, se sabía que  el mundo estaba dividido en tres niveles o espacios: la zona superior, hacia  el cielo, denominada Hanan Pacha, asociada a los acontecimientos futuros, era identificada con  el cóndor, la zona inferior o espacio  del subsuelo, donde están los manantes y las semillas de las plantas se denominada Ucku Pacha, asociada a los acontecimientos del pasado, era identificada con la serpiente / relacionada además con el conocimiento) y finalmente el espacio intermedio, entre lo superior e inferior, el mundo en que vivimos, denominado  el Kay Pacha, asociado al presente, era representado por el puma.


El Puma, deidad del  mundo intermedio, relacionado al espacio-tiempo del aquí y el ahora, tenía como atributos  la fuerza y astucia, era el animal más poderoso y respetado de los andes, por lo cual Pachacutec,  el  Inca que decide reconstruir este poblado,le da la forma del puma, para que  el nuevo asentamiento hecho en piedra sea respetado y se asocie a los atributos de su deidad tutelar, la fuerza y la astucia del felino sagrado.

Y es así como la colina que protegía  el asentamiento se convierte en la cabeza del puma, se construyen recintos y gigantescos muros en linea quebrada a manera de un zig zag, que representaba la imagen del rayo (Illapa), deidad del mundo superior asociada al inicio de las lluvias, beneficiosas para los cultivos. El cuerpo de la ciudad se modeló entre los riachuelos que  se llamaban Saphy y Tullumayo, los cuales fueron canalizados , tendiéndose puentes hacia la Ciudad fuerte y poderosa, que además era sagrada. Al terminar la nueva urbe, ambos riachuelos  se unían formando la cola del felino (Pumacchupan).


  La urbe inca, era el centro e inicio de un estado naciente y que en menos de cien años llegará a expandir sus dominios ocupando  gran parte del territorio continental y parte de seis países actuales: Perú, Ecuador, Colombia, Bolivia, Chile y Argentina, con una extensión superficial  que alcanzaba al doble de la extensión actual del Perú. El éxito del crecimiento  del estado que se llegó a denominar Tawantinsuyo, por tener 4 territorios ( tawa en idioma quechua es cuatro). Es por eso que los 4 caminos que conducían a estos territorios, nacían de un punto ubicado  en el ombligo (Qosqo) del puma, junto al espacio de encuentro, equivalente a la plaza de una ciudad.

La ciudad puma, tenía  tres edificaciones muy importantes que la organizaban  de manera lineal, en la parte superior, junto a un espacio abierto y dominando el valle  los recintos del Colcampata, o depósitos de los alimentos y bienes de la ciudad, al medio junto al espacio mayor de la ciudad conocido como Huacaypata,  los recintos del Inca Gobernante, y finalmente en la parte baja de la Ciudad, junto al espacio donde se fundó  el asentamiento original, el Koricancha o templo del sol, asociado al poder religioso.


La ciudad inca, podía ser vista desde los cerros del sur y del oeste, para poder apreciar mejor la silueta del puma, se dejó un área libre rodeando  sus contornos, de manera que la imagen de un gigantesco puma de piedra recostado en la parte alta del valle,  podía hacer desistir a los pueblos vecinos de cualquier intento de invasión o ataque al Qosqo.

Cuando se produce la invasión europea, la ciudad colonial, se imponen transversalmente sobre el felino inca, se organiza en un eje perpendicular destacado por las torres  de al menos 5 iglesias alineadas en  el eje de los caminos al Antisuyo y Contisuyo, mientras que los tres edificios principales de los incas, alineados en paralelo a los caminos hacia el Chinchaysuyo y Collasuyo, se convierten también en Iglesias siendo estas San Cristobal, la Catedral y Santo Domingo, formando ambos ejes una cruz, símbolo de la nueve religión impuesta, tal vez la idea simbólica era que la cruz se imponga sobre  la deidad felina.


La urbe inca,en lengua nativa Llacta, se organizó de una manera muy simple y práctica, las construcciones se levantaban  en torno a un patio por lo general de forma cuadrada, tales recintos no se tocaban entre si, y eran  delimitados por un cerco  periférico, a este patrón de asentamiento se le denominó cancha,  que quiere decir un espacio abierto. las construcciones eran de piedra, con techos de paja o ichu,  por lo cual se tenían techos  con pendientes entre 45 y 60 grados, lo necesario para que las lluvias no ingresen al interior.


El mejor ejemplo de los recintos incas en piedra finamente tallada, los encontramos en el Koricancha o Templo del Sol, donde se aprecian  recintos liberados de las construcciones posteriores hechas por los conquistadores,  se advierte que los muros están ligeramente inclinados al interior de modo que la construcción se asemeja a una pirámide trunca, el ángulo  de inclinación está entre 5 y 10 grados,  las razones de esta inclinación al  parecer eran para evitar la caída  de los muros  por las fuerzas sísmicas.Los techos  como se ve en los gráficos son de ichu o paja sobre base de maderas rollizas que se colocan  sobre los hastiales de los muros.


La Ciudad no podía ser visitada  por cualquiera, era una Ciudad Sagrada, pro lo cual fué aislada del contexto por dos  riachuelos canalizados, que le servían de límite,  algunos puentes permitían el paso restringido de  personajes autorizados.  Hasta  las primeras décadas del siglo XX, aun se podía ver los hermosos canales incas que rodeaban  la Ciudad Puma, luego por una mal entendida modernidad, se techaron estos canales, convietíendose en las Avenidas El Sol - Saphy y Tullumayo. 


Llama la atención del visitante la diversidad de tecnologías para los muros incas, desde aparejos poligonales a semejanza de células, hasta muros con piedras totalmente ortogonales, como en el caso de los recintos del Koricancha, o  muros de formas poligonales con piedras de hasta  12 y 13 ángulos como en los recintos del palacio de Inca Roca, y en algunos casos también  de muros de menor calidad hacia la zona de andenerías y cercos. Hace unos años se pudo liberar una gran cantidad de muros incas que estaban debajo de construcciones coloniales  en el denominado Cusicancha,  ubicado junto al Koricancha. 



Algo realmente sorprendente es  como las calles de la llacta inca tenían una precisa orientación hacia el  nor-este, de modo tal que un día al año en el solsticio de invierno, que es el 21 de junio, los primeros rayos del  día iluminaban y cargaban de energía esas calles transversales al  puma, según James Arévalo en su interesante obra "El Despertar del Puma".

La calle que dá  acceso al recinto solar del Koricancha, recibía los rayos del sol que ingresaban al  gran templo del sol, posteriormente las calles que daban a los palacios del Cusichancha y las Acllas del Sol, luego la vía que junto al Palacio del Inca, llegaba a la gran plaza y al ombligo del Puma, y luego la callejuela que  pasaba junto al Yachaywasi, la casa de los sabios amautas, y luego  a la calles que coincidían con  el cuello del Puma (Pumacurco)  y después con el Colcampata y finalmente con los muros que formaban la cabeza del Puma. Estas siete descargas de energía en los puntos más importantes de la Ciudad y del cuerpo del Puma, despertaban  al felino y lo llenaban  de energía. Que otra ciudad en el mundo tiene este diseño tan preciso e interesante?









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